Desde mi primera tenida siempre me he preguntado, que significado tiene el hecho que el V.•.M.•., en el rito de apertura de la liturgia del grado de aprendiz, le pregunta al S.•.V.•.: H.•.S.•.V.•. ¿qué edad tenéis? Y el H.•.S.•.V.•., contesta: tres años V.•.M.•.
Para dar respuesta a este interrogante interior es preciso determinar cuáles son las características cognitivas – sociales del niño de tres años, de las que podemos resaltar: Desde lo cognitivo, el niño de tres años, se caracteriza por estar viviendo un momento histórico de interrogaciones continuas, disfruta con el preguntar por preguntar y le gusta el monologar. También se caracteriza por ser un procesador de información que basa sus acciones en la que reciben o recuerdan, pero aún están limitados por su limitada base de conocimientos. Tienen un lapso limitado de memoria y la comprensión de procesos mentales también es limitada.
Desde lo social, los niños de tres años comienzan a imitar a los adultos, sobre todo en sus funciones habituales, asimilan los elementos más simples de la actividad laboral, comienza a comprender cómo hay que obrar y tratan de realizar correctamente las acciones. También se caracteriza por que comienza la formación del carácter voluntario de las acciones, lo que contribuye a la formación de la disciplina y la independencia, sobre las cuales ejercen una gran influencia el resultado efectivo de las acciones. Por otra parte, es importante en el presente trabajo, hablar de edad, lo que implica comprender sus orígenes históricos y gramaticales, esta palabra se fundamenta en las expresiones latinas “aetas" o "atem", con las cuales se indican el periodo de tiempo vivido por un ser humano o cualquier ser vivo desde su nacimiento a la fecha, por otra parte, la palabra edad , se refiere a la duración temporal de los fenómenos desde el inicio de su existir o desde su aparición espacio – temporal. La edad también hace referencia a las etapas de la historia que comprometen varios siglos, como lo es la Historia Sagrada, a la que se le atribuyen seis edad es desde la aparición de Adán hasta el diluvio universal; esta comprensión, permitió que la edad de la humanidad fuera dividida en cuatro periodos, a saber: edad del oro, edad de la plata, edad del bronce y edad del hierro; otra división de la edad, tiene que ver con la Historia de la Humanidad, desde la aparición del pensamiento estructurado, a saber: edad antigua, edad media, edad contemporánea. El hombre, también ha sufrido una división en su edad, a saber: edad infantil, edad juvenil, edad viril y edad avanzada o senil. La edad simbólica del A.•.M.•., dentro de la Orden Masónica está relacionada con las características cognitivas sociales del niño de tres años en el sentido que el A.•.M.•., está en una continua interrogación a sí mismo y a sus HH.•.MM.•.MM.•., su proceso de aprendizaje de los misterios de la Orden Masónica, están jalonados por un alto nivel de interpretación de cuantos símbolos, signos y ritos se hacen presentes en las tenidas de la Orden; podemos decir que mucho de su aprendizaje es producto de la imitación a sus hermanos, por lo que los HH.•.MM.•. MM.•., tienen la responsabilidad ética de enseñar a los A.•.M.•., más con el estilo de vida de cada uno de ellos, que con los discursos carentes de práctica al interior de la Logia y fuera de ella. Es cierto que el A.•.M.•., es un procesar de información, pero a la vez está limitado por el no manejo de la información profunda y propia de los siguientes grados de la Orden Masónica. Como todo niño de tres años, el A.•.M.•., debe trabajar con los elementos iniciáticos más simples de la Orden Masónica utilizando las herramientas más adecuadas para su edad. fundamentales en su construcción interna como Masón, como son el cincel y la regla de 24 pulgadas. Son ellas las que le permiten, como al niño de tres años la comprensión de cómo debe obrar y lo forman en la disciplina y la independencia. A partir de lo anterior, podemos decir que el A.•.M.•., es esencialmente un masón en construcción de su propia naturaleza e identidad masónica, que se viabilizará en el progreso moral y material que vaya adquiriendo durante sus estudios para la presentación de sus trabajos, razón por la cual, el A.•.M.•., solamente debe tener aumento de salario, cuando se demuestre a sí mismo y a los QQ.•.MM.•. de su respectiva Logia, que ha adquirido una naturaleza e identidad de acuerdo a la Orden Masónica. Es por todo lo anterior que los tres años del A.•.M.•., en el rito escocés antiguo y aceptado, simbolizan la unión, la paz y la concordia, en relación a los principios masónicos de moral, armonía y fraternidad entre los Masones.[6]
así como los de libertad e igualdad. Nos dice el M.•.M.•., Juan Poliza, de México que “La edad del Aprendiz es de tres años, emblema de los tres elementos de la generación: El Agente, el Paciente y el Producto”
Nos sigue diciendo que “Según el Supremo Consejo de Francia. Grado de Aprendiz. El aprendiz no es aceptado en la Masonería sino como un hombre de buena voluntad. En la Masonería práctica de la Edad Media era el servidor de los Maestros. Veía y aprendía. Silencioso en el taller del trabajo, continuaba la obra del Maestro, llevaba materiales, se sometía y obedecía. Dócil a la voz de sus superiores, esclavo de un juramento, ignoraba los secretos del arte y de la sabiduría, esperaba la recompensa del celo que demostraba. Consideraba como un derecho el de escoger el jefe de su taller entre la lista de los maestros más dignos, lista formada por maestros mismos”
La edad del aprendiz, es pues la edad de la prueba, de la docilidad y de la sumisión: Es un momento masónico en el que se demuestra que el camino a la sabiduría y al perfeccionamiento moral está lleno de asperezas y solamente podemos llegar a ellos una vez se hayan vencido las bajas pasiones.
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[1] Liturgia Grado de Aprendiz, según el sistema Ritual de Origen francés. M R. Gran Logia Nacional de Colombia. 1999. pág. 12
[2] Cfr.: www.elergonomista.com/psicologia/infancia.
[3] Según el diccionario de la R.A.E., el cincel (del b. lat. scisellum, y este del lat. scindĕre, hender). Significa herramienta de 20 a 30 cm. de largo, con boca acerada y recta de doble bisel, que sirve para labrar a golpe de martillo piedras y metales.
[4] Según el diccionario de la R.A.E. mazo. (De maza). m. Martillo grande de madera.
[5] Según el diccionario de la R.A.E regla. (Del lat. regŭla), tienes diferentes aserciones, a saber Instrumento de madera, metal u otra materia rígida, por lo común de poco grueso y de forma rectangular, que sirve principalmente para trazar líneas rectas, o para medir la distancia entre dos puntos. Aquello que ha de cumplirse por estar así convenido por una colectividad. Conjunto de preceptos fundamentales que debe observar una orden religiosa. Estatuto, constitución o modo de ejecutar algo. En las ciencias o artes, precepto, principio o máxima. Razón que debe servir de medida y a que se han de ajustar las acciones para que resulten rectas. Moderación, templanza, medida, tasa. Pauta de la escritura. Orden y concierto invariable que guardan las cosas naturales.
[6] Adolfo Terrones Benítez. gdo. 32 y Alfonso León García González. gdo. 33. El libro del aprendiz masón. los 33 temas del aprendiz masón y estatutos de la orden. Ed. Erbasa, México D.F.
[7] POLIZA. Juan, Lo que no debe ignorar el Maestro Masón. N° 29 M:. M:. Or::. de México, D. F., a 18 de marzo de 1940 en www.scribd.com/doc/327728/Lo-Que-No-Debe-Ignorar-El-Maestro-Mason-Juan-Poliza