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domingo, 21 de octubre de 2007
La Edad Simbólica del A.•.M.•.
lunes, 15 de octubre de 2007
Sentido de la Columna “B” en la Formación del A .•.M.•.
sábado, 6 de octubre de 2007
Valor y Significado de la Cámara de Reflexiones
Desde sus raíces latinas y griegas, la palabra cámara[1], cámara, significa bóveda, cámara, entendida como sala, pieza principal de una casa o como reunión de personas para tratar algún asunto[2]. También hace referencia al sepulcro o bóveda sepulcral.
Por su importancia, desde el acontecimiento iniciático del A.•.M.•. conviene que nos de¬tengamos en el concepto de reflexión. La reflexión, la comprendemos desde la conceptualización que hace Jonh Locke[3] como “aquellas noticias que el espíritu adquiere de sus propias operaciones y del modo de efectuarlas, en virtud de lo cual llega a poseer ideas de estas operaciones en el entendimiento.” La reflexión es la apropiación teórica y la comprensión desde el pensar, sentir y actuar de las acciones que proyecta el espíritu del A.•.M.•. y que pueden ser conocidas, en un primer momento, desde el conocimiento sensible para construir un conocimiento abstracto, desde la reflexión y un conocimiento lógico, en la operacionalización de los elementos teóricos construidos.
La reflexión es un proceso que articula teoría, contexto e interacciones entre los anteriores. La reflexión se identifica por la inserción desde la conciencia humana a la experiencia, la εμπειρία[4] griega, comprendida como toda acción que construye, esta experiencia se confronta desde la inmersión consciente del hombre en el mundo, lo que le posibilita construir su visión del mundo, a partir de procesos de descripción, interpretación, explicación y valoración de los intercambios simbólicos, las manifestaciones afectivas, sociales culturales, económicas y éticas -políticas.
Es importante tener claro que la reflexión, a diferencia de otras formas de conocimiento, supone tanto un sistemático esfuerzo de aná¬lisis, como la necesidad de elaborar una propuesta totalizadora, que captura y orienta la acción. El conocimiento sólo puede considerarse instrumento de los procesos de reflexión cuando se ha integrado significativamente no en parcelas aisladas de la memoria se¬mántica, sino en los esquemas de pensamiento más genéricos que activa el individuo al interpretar la realidad concreta en la que vive y sobre la que actúa, y cuando organiza su propia experiencia.
La reflexión, es el medio para construir un conocimiento en la acción, que responde a situaciones problémicas, desde el espíritu humano y que pretende construir una acción con sentido.
La Cámara de Reflexiones, desde la concepción masónica, se comprende como la sala en el que se encierra al neófito antes de su iniciación, para meditar ante un cierto número de símbolos. Es allí donde debe también redactar su testamento filosófico[5] .
El encierro del cual es objeto el neófito, posterior A.•. M.•.,en la Cámara de Reflexiones, le posibilita entrar en el más profundo de los silencios que contrasta con un mundo cotidiano caracterizado por el exceso de ruidos. En este espacio es donde el neófito, posterior A.•. M.•. comienza su conocimiento iniciático, caracterizado, no por la teorización a la que estamos acostumbrados, sino por la reflexión en los términos anteriormente expuestos desde la confrontación del yo con yo, en lo más profundo del autoconocimiento interior. Es por eso que valorar la experiencia iniciática de la Cámara de Reflexiones, permite al neófito, posterior A.•.M.•. ,transformar su relación con el mismo, con su entorno, con los demás y con el G.•.A.•.D.•.U.•.
Es importante comprender el proceso de la Cámara de Reflexión en el grado de A.•.M.•. pues es el comienzo, el preámbulo, el inicio desde el momento de las vendas en los ojos, en el cual, debe, necesariamente, confrontarse el neófito, posterior A.•.M.•.,con sus propias oscuridades, que lo preparan para comprender las oscuridades propias de la muerte, es allí, donde la reflexión afecta la acción y comienza a transformar la vida del neófito, posterior A.•.M.•.
Pero, ¿por qué reflexionar en un espacio oscuro y sólo sobre la muerte? Esta pregunta es el centro del quehacer reflexivo del neófito, posterior A:. M:. ya que la muerte es vista como última morada, el final, descanso eterno. Es la muerte, la que propicia en el hombre el miedo, pero para otros es signo de esperanza, como a muchos les produce indiferencia.
Ya Francis Bacon decía: “Los hombres tienen miedo de la muerte, como los niños temen ir por la oscuridad”.
La Cámara de Reflexiones, caracterizada por sus paredes negras, las cuales simbolizan el misterio, la ignorancia y la oscuridad en que se encuentra el neófito[6], que anda en tinieblas y le teme profundamente al sufrimiento y, por tal razón, en ella se encuentran los emblemas de la muerte y una lámpara sepulcral. Esta realidad nos hace enfrentar una crisis interna, una confrontación dialéctica en el cual las tesis del neófito, posterior A.•.M.•., su visión del mundo, se confronta con una antítesis, la simbología presente en la Cámara de Reflexiones; de esta confrontación dialéctica debe surgir la síntesis, entendida como una vida nueva, que se reconstruye a partir de la formación del A.•.M.•.; es importante determinar que la Cámara de Reflexiones representa el cuerpo del neófito, posterior A.•.M.•.que sirve de prisión al ser interior, al espíritu.
Platón sostiene que el cuerpo es la cárcel del alma, algo así como el caparazón que lleva dentro a la ostra. Supone un lastre negativo para el alma, pues le crea necesidades, enfermedades, deseos, temores, pasiones y sensaciones que le obstaculizan la búsqueda de la verdad. Es un estorbo del que el alma tiene que liberarse poco a poco, del que tiene que purificarse para poder acceder a la contemplación de las ideas. El cuerpo inclina al alma a poseer cada vez más, a ser ambiciosa, al comportamiento violento y a la guerra, a los placeres sensibles[7].
Está crisis dialéctica se complementa con las inscripciones en las paredes, cuya finalidad es levantar las energías y desarrollar la voluntad del neófito, como son:
Conócete a ti mismo.
“Si te trae aquí la mera curiosidad, vete”.
“Si rindes homenaje a las prerrogativas humanas, vete, porque aquí no se las conoce”.
“Si temes que alguien te eche en cara tus defectos, no prosigas”.
“Espera y cree. Porque entrever y comprender el infinito es caminar hacia la perfección”.
“Ama a los buenos, compadécete de los malos y ayúdalos, huye de los embusteros y no oigas a nadie”.
“El hombre perfecto es aquel que más útil es a sus hermanos”.
“No juzgues livianamente las acciones de los hombres, elogia poco, adula menos. Jamás censures ni critiques”.
“Lee y aprovecha, mira e imita, reflexiona y trabaja, trata de ser útil a tus hermanos y trabajarás para ti mismo”.
“Piensa siempre que polvo eres y en polvo te convertirás”.
“Naciste para morir.”[8]
Estas inscripciones, como en contexto de la Cámara de Reflexiones, buscar generar en el neófito y posteriormente en el A.•.M.•., la confrontación dialéctica entre muerte y vida, entre dolor y felicidad, entre engaño e iluminación. Si los cinco sentidos ofrecen la muerte, el espíritu da la vida eterna[10].
Otro elemento presentes en la Cámara de Reflexiones, como primer contacto del neófito, posterior A.•.M.•., con su iniciación es el simbolismo de la tierra, representando el volver a su estado de inexistencia, a su no ser, posibilitando su renacimiento con una nueva visión del papel a que es llamado y al ser consagrado como A.•.M.•., debe reorientar su vida, a partir de la significatividad de los elementos propios de la tierra, presentes en la Cámara de Reflexiones, a saber: agua, pan ,azufre, mercurio, sal y carbón o ceniza, el significado de cada uno de estos elemento tiene un profundo valor simbólico.
De toda esta simbología, es importante comprender las siguientes:
El color de las paredes: Es negro, generando un ambiente de penumbras, simbolizando esta oscuridad el estado de conciencia actual del neófito, posterior A:. M:.
Los huesos humanos y piedras: Significan el caos en que hemos desenvuelto nuestras vidas hasta ese instante, en lo material y espiritual, y que precede al orden que prendemos establecer en ella a partir de nuestra Iniciación masónica.
El cráneo humano: Simboliza la igualdad que nos depara la naturaleza a todo ser viviente, y debe inspirar al neófito a reflexionar sobre la necesidad de actuar en concordancia principios y valores de solidaridad con los más necesitados, de tolerancia y respeto para quienes no concuerdan con sus ideas o conceptos, y de justicia y verdad para con todos sus semejantes.
El reloj de arena: Representa el flujo inexorable del tiempo y la corta duración de la vida del cuerpo físico, así como la necesidad que tenemos de emplear este breve destello de nuestra existencia material para construir nuestro templo interior, luchando contra nuestras pasiones, y haciendo cuantas buenas obras y servicios a los demás nos sean posible, pero también indica el regreso al origen, lo vacío y lo lleno, lo inferior y lo superior, el Cielo y la Tierra, lo de arriba y lo de abajo.
El gallo: Indica el despertar interior del hombre, el triunfo de la Luz sobre las tinieblas, señalando además, la necesidad de la vigilancia que hemos de tener sobre nuestros actos, no permitiendo que nada nos aparte del sendero de la Verdad, la Justicia y el Honor.
El pan y el agua: Así como ellos constituyen el alimento del cuerpo, los pensamientos limpios y nobles constituyen el alimento del espíritu. Además hace referencia al espíritu de sacrificio y de servicio que ha del estar siempre presto a brindar el Iniciado, indicando que como el pan mitiga el hambre material, así él está dispuesto a consolar, ayudar y servir al necesitado; y el agua, que es la esencia de la vida humana, calma la sed, sirve para el regadío de las cosechas, para la producción industrial, etc. Simbólicamente nos muestra la necesidad de la moderación en nuestros actos, evitando el excesos de los extremos, y ambos unidos (el pan y el agua) nos indican lo necesario de la prudencia con que hemos de enfrentar las vicisitudes del diario vivir.
El azufre: Representa la acción o energía espiritual creadora que parte del ser interno, es la esencia o chispa divina que reside en cada hombre y que tiende a elevarlo a su Creador.
El Mercurio: Simboliza toda influencia material o sensorial que procedente del medio externo, intenta penetrar el ser interno del hombre.
La sal: Formada por cristales, es el equilibrio entre los principios internos (azufre) y la influencia de las sensaciones que provienen del exterior (Mercurio) y representa la armonía de los elementos anteriores que debe alcanzar el neófito, posterior A.•.M.•., antes de ser iniciado, logrando estabilizar su ser interno, preparándolo así para recibir la LUZ. También indica al Candidato que la sal es obtenida producto del Trabajo, simbolizando, igualmente, la necesidad de trabajar con productividad para que la Sociedad progrese.
La Ceniza: Este elemento simboliza a la necesidad de incrementar la producción[11], atendiendo a que el mismo es el resultado de la acción del elemento fuego actuando sobre las materias primas, que posteriormente se convertirán en objetos de consumo[12] .
La Lámpara sepulcral: Su débil luz representa la vida del hombre, lo que indica la necesidad que este tiene de la Solidaridad y la Fraternidad, del esfuerzo común que transforma la vida y eleva al hombre a la categoría de ser social.
El Sarcófago y el esqueleto humano: Representan el estado de descomposición moral a que llega el hombre que carece de un guía que le conduzca por el camino de la Virtud, el Amor y el Servicio a la humanidad que ha de ser la aspiración de todo masón[13].
A manera de conclusión podemos decir que El candidato antes y después del paso por la Cámara de Reflexiones, debe ser amigo de lo Justo, hombre de bien, capaz de ser luchador contra la absurda ambición de los reconocimientos y glorias humanos, sabiéndolas efímeras frente a la inmensa grandeza y justicia del Eterno.
Por otra parte, la Cámara de Reflexiones es representación, del macrocosmos y del microcosmos, es decir, del universo y del hombre; además nos hace recordar el estado de ignorancia en el que vivimos los humanos antes de conocer el principio fundamental de la orden masónica, "hay que morir a los vicios para nacer a las virtudes", como el legado verbal trascrito por sus seguidores y donado a la humanidad por el Q.•. y V.•. H.•. " Jesús de Nazaret " que dice: "El que no nace de nuevo, no entrara al reino de los cielos."
La Cámara de Reflexiones, representa el descenso a los infiernos, la muerte aparente que precede a la reencarnación, el reencuentro con una nueva vida. En el tenemos nuestras primeras reflexiones antes de ver la luz. Reflexionamos acerca de los “Deberes del Hombre para con Dios... para con sus semejantes... y para consigo mismo”. Volvemos la vista hacia Dios y hacia nosotros mismos.[14] ___________________________[1] Según el diccionario de la R.A.E., el término cámara viene del latín camăra, y este del gr. καμαρα que significa bóveda.
El Número Tres: Tríada y Trilogía Masónica
Según la cosmogonía[1] el Tres es representativo de la
trinidad, sea vista desde la relación existente entre Padre-Hijo-Espíritu
Santo, o desde la relación entre padre-madre-hijo, razón por la cual, el Tres
es símbolo de todas las cosas que existen y también es considerado como un
valor sagrado. Este sentido de tríada, rompe las dualidades y aporta una visión
de equilibrio en todos los fenómenos existentes en la Tríada Naturaleza,
Hombre, Dios[2]
La palabra Tres, deriva de la lengua latina
"trinum" o "tribium", y es el primer número impar, puesto
que se compone por la reunión de Tres unidades; o de otro modo, del uno y del
dos; que vienen siendo la unidad y el primer número par.
Históricamente sabemos que entre los antiguos
pobladores, el Tres era el más sagrado de los números, aún cuando es una figura
aritmética, a la que se le han atribuido algunas virtudes místicas, al asegurar
que es la base de los signos de la perfección, y por eso vemos que en la
filosofía de Platón se le considera, como la imagen del ser supremo en sus Tres
personalidades: la material, la espiritual y la intelectual, hecha manifiesto a
través de división tripartita del alma, a saber: el alma racional, inmortal,
inteligente, de naturaleza divina y físicamente ubicada en el cerebro; el alma
irascible, mortal, fuente de pasiones nobles y situada físicamente en el tórax
y el alma apetitiva, mortal, fuente de pasiones innobles ubicada en el abdomen.
Esta división en tres del alma, en los postulados platónicos, contrario a lo
que se puede suponer, es lo que tácitamente, determina a la unidad hombre,
razón por la cual, Aristóteles llegó al convencimiento de que el Tres contiene
en sí el principio, el medio y el fin, lo que también viene a indicarnos, que
es el símbolo armonía, del factor de conservación y del progreso natural, entre
todos los seres y las cosas[3]. Por otra parte, Aristóteles afirma que: “Tres,
en efecto, son las clases de vida que se destacan especialmente: la que
acabamos de señalar [la vida de goce], la política y, en tercer lugar, la
contemplativa.”[4] Esta afirmación, nos deja entrever que la perfección de la
vida del hombre está mediada por el Tres y que los aprendices masones estamos
llamados a concretizar con el símbolo de la regla de 24 pulgadas, que
simbólicamente se divide en tres momentos del día de ocho horas cada uno,
dedicados al estudio, al trabajo y a la descanso.
Es por eso que el Tres incide directamente en el
espíritu del hombre, afectando su expresión afectiva y su identificación conn
la perfección; que el Dios perfecto comparte con el hombre imperfecto. Es por
eso que el Tres, también simboliza el espíritu divino y el fuego divino.
El Tres, desde la Geometría se considera el primer
número, pues se necesitan, por lo menos Tres puntos para conformar el
triángulo, primera figura geométrica[5].
Para los pitagóricos[6], organización griega de
astrónomos, músicos, matemáticos y filósofos, que creían que todas las cosas
son, en esencia, números. El Tres para ellos representa la superficie; la
Tríada, son los Tres niveles del mundo, a saber celeste, terrestre, infernal, y
todas las trinidades. A su vez, consideran que el mundo es el resultado de la
inteligencia (activa), la materia (pasiva) y la tríada (neutro).
Por otra parte, el Tres, desde las primeras
expresiones teogónicas de la humanidad se ha relacionado con las deidades, de
ahí que sea considerado número sagrado en las culturas egipcias, hindúes e
israelitas; hoy en día este sentido divino del Tres está fuertemente presente
en las experiencia religiosa del cristianismo.
En el Ritual de Primer Grado, el primer principio
dice: “La Francmasonería tiene por finalidad el perfeccionamiento moral e
intelectual del hombre, y por consecuencia, el de la sociedad profana”[7].
Una de las formas que encontramos en la Orden Masónica
para concretizar este primer principio, en la formación del aprendiz, es a
través del simbolismo. Dentro de los símbolos, propios del primer grado está el
Tres, el cual está representado en los Tres viajes de la iniciación, a través
de los cuales superamos los obstáculos, guiados por el H.•.Exp.•., para llegar
a el descubrimiento de la luz, dentro del Templo, ya en condición de
AA.•.MM.•., aparece manifiesto el Tres nuevamente al ser Tres los primeros
grados que se reconocen en la logia, a saber: A.•., C.•. y M.•., son también,
Tres golpes en la puerta del Templo, ellos representan los Tres medios para
alcanzar la Verdad, los que permiten entrar en Logia y Tres los pasos de la
marcha para comprometernos con la logia, los cuales, se ejecutan formando una
escuadra con los pies, al terminar cada paso, partiendo con el pie izquierdo,
de Occidente a Oriente. El primer paso de la marcha del aprendiz, simboliza la
infancia; el segundo la juventud y el tercero la madurez. Ellos también
significan: Nacimiento, Vida y Muerte.
Un significado fundamental del Tres, en relación al
grado de Aprendiz, es que esa es su edad, haciendo presente las condiciones
propias en la adquisición del conocimiento para asumir un mayor compromiso,
como es llegar al grado de compañero; esta edad nos recuerda la Unión, la
Fraternidad y la Armonía.
El simbolismo del Tres[8] es el soporte de toda la
Orden Masónica, a tal punto que ella se rige por Tres gradas para subir a
Oriente, y representadas en Tres gradas con las palabras: Fuerza, Belleza,
Sabiduría; ellas son las cualidades que debe desarrollar A.•.M.•.para llegar a
su perfeccionamiento espiritual.
El Ara[9], sobre la cual se realiza la promesa
masónica del aprendiz tiene Tres lados, acompañada de las Tres Grandes Luces
Emblemáticas: Las Sagradas Escrituras, La Escuadra y el Compás.
El A:. M:., debe trabajar con Tres herramientas,
fundamentales en su construcción interna como Masón, las cuales son el cincel[10],
el mazo[11] y la regla[12] de 24 pulgadas. Por otra parte, es importante
destacar que el trabajo del A.•.M.•.es dirigido por Tres Hermanos, V.•.M.•.,
P.•.V.•., S.•.V.•.
Toda esta simbología del Tres en el grado de Aprendiz
Masónico, nos debe llevar a dar repuestas a las Tres preguntas existenciales de
todo hombre que centra su vida en el Espíritu y la Razón, a saber: ¿quién soy?,
¿de donde vengo? y ¿a dónde voy?
Dentro del desempeño del A.•.M.•.al entrar en el
Templo ejecuta Tres saludos, el primero al V.•.M.•., y significa: “tengo fe en
mis ideales”; el segundo, al P.•.V.•.,significa: “Tengo esperanza en
realizarlos” y el Tercero S.•.V.•., significa, “amor a la humanidad”[13]
Son tantos los elementos simbólicos de la Masonería,
que se relacionan con el Tres, de los cuales podemos resaltar: Fundamento de la
Masonería: libertad, igualdad y fraternidad.
División del Tiempo: pasado, presente y futuro.
Facultades del alma: memoria, entendimiento y
voluntad.
Puntos de referencias al Sol: levante, zenit y
poniente.
Fases del día: aurora, mediodía y crepúsculo
Manifestaciones de la electricidad: luz, fuerza y
calor.
Divisiones principales del cuerpo: cabeza, tronco y
extremidades.
Dimensiones de los cuerpos: longitud, latitud y
profundidad.
Colores Primarios: rojo, azul y amarillo.
Reinos de la Naturaleza: animal, vegetal y mineral.
Estados de la materia: sólido, líquido y gaseoso[14]
Todos ellos de una u otra forma están directamente
relacionados con el aire, el cual representa las fuerzas de la naturaleza; con
el agua, que representa la purificación y con el fuego, que representa el amor
hacía nuestros semejantes.
Como A:.M:.se debe tener en cuenta que existen Tres
grandes verdades fundamentales e innegociables, hacía las cuales se encamina la
vida, ellas son:
El alma del hombre es inmortal y su porvenir es el
destino de algo cuyo crecimiento y esplendor no tiene límites.
El principio que da la vida moral en nosotros y fuera
de nosotros, es imperecedero y eternamente benéfico, no se le ve, ni se le oye,
ni se le huele, pero lo percibe el hombre anheloso de percibir.
Cada hombre es su propio y absoluto legislador; el
otorgador de su gloria o de sus tinieblas; el determinador de su vida; el que
decreta su propio galardón o castigo.
El Número Tres: Tríada y Trilogía Masónica son para el A.•.M.•.símbolos de lo justo, de lo bello y de lo verdadero, las cuales deben coexistir en todos los momentos de la vida del Masón para tener una actitud y aptitud de equilibrio en el pensar, sentir y actuar.
____________________________
[1] Según el diccionario de la R.A.E., el
término Cosmogonía viene del gr. κοσμογονία y significa: Relato
mítico relativo a los orígenes del mundo. Teoría científica que trata del
origen y la evolución del universo.
[2] Se puede profundizar en la obra de Xavier
Zubiri. Naturaleza, historia, Dios. Madrid: Edit. Nacional. 1975.
[3] Adolfo Terrones Benítez. gdo. 32 y Alfonso
León García González. gdo. 33. El libro del aprendiz masón. los 33 temas del
aprendiz masón y estatutos de la orden. Ed. Erbasa, México D.F.
[4]Aristóteles. Ética a Nicómaco. 1095b.
[5] John William Godward. Naturalmente Salud. Publicada
en www.salud.bloogle.es/2007/09/06/el-significado-de-las-cifras-parte-3-el-rincon-de-lo-desconocido/.
[6] Escuela presocrática griega fundada por
Pitágoras de Samos (aproximadamente 582 A. de C. - 507 A. de C., en griego: Πυθαγόρας ο Σάμιος) fue un filósofo y matemático griego, famoso sobre todo por el Teorema
de Pitágoras.
[7] Ritual de Primer Grado R:.E:.A:.A:., GLB.
1999.
[8] Oswald Wirth. El Libro del Aprendiz. Manual
de Instrucción Iniciática para el uso de los Francmasones del Primer Grado.
1894.
[9] Según el diccionario de la R.A.E. el
vocablo Ara viene de la expresión lat. Ara, que significa altar; montículo,
piedra o construcción.
[10] Según el diccionario de la R.A.E., el
cincel (del b. lat. scisellum, y este del lat. scindĕre, hender). Significa
herramienta de 20 a 30 cm. de largo, con boca acerada y recta de doble bisel,
que sirve para labrar a golpe de martillo piedras y metales.
[11] Según el diccionario de la R.A.E. mazo.
(De maza). m. Martillo grande de madera.
[12] Según el diccionario de la R.A.E regla.
(Del lat. regŭla), tienes diferentes aserciones, a saber Instrumento de madera,
metal u otra materia rígida, por lo común de poco grueso y de forma
rectangular, que sirve principalmente para trazar líneas rectas, o para medir
la distancia entre dos puntos. Aquello que ha de cumplirse por estar así
convenido por una colectividad. Conjunto de preceptos fundamentales que debe
observar una orden religiosa. Estatuto, constitución o modo de ejecutar algo.
En las ciencias o artes, precepto, principio o máxima. Razón que debe servir de
medida y a que se han de ajustar las acciones para que resulten rectas.
Moderación, templanza, medida, tasa. Pauta de la escritura. Orden y concierto
invariable que guardan las cosas naturales.
[13] Cfr:. El Ara. Instructivo para el Aprendiz
Masón. en www.masoneriagomch.cl pág. 39.
[14] Cfr:. El Ara. Instructivo para el Aprendiz
Masón. en www.masoneriagomch.cl pág. 36.
REFLEXIONES SOBRE MI INICIACIÓN
¿SOIS MASÓN? RESPUESTA DESDE LA VOZ INTERIOR DEL TEMPLO Y DESDE LA VOZ EXTERIOR DE LA POLIS Y DEL MUNDO
Cuando en el umbral del Templo se formula la pregunta: “¿Sois Masón?” , no se trata de una simple formalidad ritual, ni de una comprobación...
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Joya del M • • • R • • • G • • • M • • • Me es grato presentar ante ustedes este ensayo sobre la figura del M • • • R • • • G •...
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