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sábado, 24 de mayo de 2008

EL APRENDIZ Y SUS MISTERIOS - CAPITULO XII: EL APRENDIZ DEBE APRENDER Y PRACTICAREL MISTERIO DE LA TRINIDAD (Jorge Odoum)

223. La Unidad Superior de la cual parten dos líneas divergentes se reproduce en el Binario; mas esas líneas serían inútiles si no se uniesen en algún punto. Esa unión nos conduce forzosamente al Ternario o Trinidad.
El Padre y la Madre engendran al Hijo; el azufre y la sal producen el mercurio; el cielo y la tierra engendran al hombre.
Toda Trinidad resulta de una Dualidad. El hombre es una Trinidad manifiesta en el cuerpo.
224. Las dos corrientes del YO SOY vitalizan, al descender, el sistema simpático y nervioso; pero cuando esas corrientes se unen en algún punto de la médula, forman el circuito de la fuerza o Tercer Elemento que debe ascender nuevamente a la cabeza. Este misterio está representado por la ascensión de Cristo al Cielo.
La Electricidad, el Fuego Serpentino y la Energía de la Vida son los tres elementos que fluyen por todos los centros magnéticos del hombre.
Esas tres Energías vivifican las diversas etapas de los cuerpos del hombre: el físico, el anímico, el mental, y la Trinidad se manifiesta en cada plano mediante un centro magnético en el cuerpo.
225. Las religiones y la Masonería dividen sus misterios en grados.
El Primer Grado de la Masonería y el Bautismo en la religión afectan al aspecto femenino de la Divinidad en el hombre para dominar sus pasiones y emociones.
El Segundo Grado y la Confirmación afectan al aspecto masculino para dominar la mente.
El Tercer Grado y la Comunión despiertan la Energía Central para que el hombre pueda comulgar con el YO SOY.
226. Cuando se unen los dos conductos medulares de la columna vertebral parecen dos serpientes, símbolo de la Serpiente Ígnea, o Fuego Creador, que se mueve a lo largo del canal medular hasta formar un cetro que se eleva a los planos superiores, y así se obtiene la figura del caduceo de Mercurio.
227. Cuando los Principios se unen en el mundo divino del hombre forman la Trinidad del Absoluto en el Centro Coronario. Allí, Dios Trino y Uno es la Unidad del Todo.
228. Unidos en el sexto mundo o Centro frontal forman la Trinidad de la Mónada o Espíritu Virginal Diferenciado en Dios, antes de bajar a la materia.
229. Juntos en el quinto mundo o Centro Faríngeo forman la Trinidad del Verbo.
230. Unidos en el Corazón tenemos la Trinidad del Espíritu de Vida llamado Mundo Intuicional.
231. En el Centro Umbilical o Plexo Solar forman el Espíritu Trino Mental.
232. En el segundo, el Esplénico, forman la Trinidad del Deseo.
233. Y en el Sacro forman la trinidad del Mundo Físico.
234. El Sistema Simpático consiste en dos cordones que se extienden a ambos lados de casi toda la columna vertebral y un poco adelante de su eje.
De esos dos cordones, que representan la Dualidad en el hombre, parten los nervios simpáticos que forman los plexos, de los cuales derivan otros conjuntos de nervios que forman ganglios menores con las arborizaciones terminales.
En esos ganglios se encuentra un diminuto grupo de células nerviosas, enlazadas por tenues ramificaciones, grupo que se forma gracias a un agregado de materia astral para recibir impulsos del exterior y responder a ellos.
Las vibraciones pasan de esos centros, o de otros etéricos, y de pequeños vórtices que entrañan partículas de materia densa para acabar formando grupos de células nerviosas.
235. Los centros físicos reciben vibraciones del mundo físico y devuelven impulsos a los centros astrales o de deseos y, por otra parte, repercuten en el sistema nervioso cerebroespinal, que tiene íntima relación, en sus operaciones inferiores, con el sistema simpático.
236. El Aprendiz que trabaja por el desarrollo de sus siete centros - llamados por San Juan las “Siete Iglesias”, los “Siete Ángeles ante el Trono”, las “Siete Voces de las Trompetas”, los “Siete Sellos”… -, encontrará el camino interno hacia su propia Divinidad. El desarrollo se efectúa por medio de la Trinidad o de los tres cordones de la médula espinal.
237. Mediante la aspiración, la respiración y la concentración, la Energía Creadora puede ascender a esos centros y comienza a revelarlos uno a uno hasta mostrar al aspirante (Aprendiz) todos los misterios del mundo subjetivo o interno. La Energía, al conectarse en los tallos de los centros vertebrales, brota como fuego por los centros magnéticos hacia adentro y hacia afuera. Los dos aspectos, positivo y pasivo, al conectarse en un centro, se traducen, en el hombre, en un poder ingente, magnético y personal. Semejante poder vivifica todos los ganglios y plexos cuando fluye por los demás nervios y mantiene la salud y la temperatura del cuerpo.
238. El Aprendiz debe efectuar los ejercicios respiratorios indicados en el Capítulo IX, particularmente ahora, cuando ha comprendido ya el objeto y razón de ellos.
La inspiración por la fosa nasal derecha es positiva y por la izquierda, negativa; sin embargo, al unir las dos fases de la Energía por medio de la concentración, se produce en un plexo el milagro de la regeneración o de la Iniciación Interna.
El primer ejercicio está destinado a desarrollar y abrir los canales de los dos cordones, si se nos permite esta expresión.
El segundo ejercicio tiene por objeto hacer ascender la Energía Creadora, por medio de la concentración, desde el sexo, por los plexos, uno a uno, hasta llegar al Coronario.
239. Que el Aprendiz tenga en cuenta la siguiente enseñanza: se trata de la búsqueda de sí mismo, que todo verdadero Masón Constructor hace para servir a los demás. Cuando la Energía Trina toma el camino de subida y es equilibrada, crea en el primer centro - el Sacro o Básico - la piedad, la compasión, la fecundidad, la castidad y el poder. Este centro otorga a la mente el conocimiento de las leyes divinas y confiere al aspirante (Aprendiz) la virtud del heroísmo frente a cualquier peligro.
240. Su subida al segundo centro, o Plexo Esplénico, confiere al hombre la sabiduría del consejo y la justicia.
241. En el tercer centro, o Plexo Solar, da la prudencia y suscita el deseo que comunica movimiento a la vida.
242. En el cuarto centro, el Cardíaco, concede la Sabiduría Divina, la humildad, la modestia, la intuición.
243. En el quinto centro, el Laríngeo, lo Íntimo manifiesta su amor divino y la Energía será una deidad creadora por medio de la palabra.
244. En el sexto centro, el Frontal, suscita la imaginación y la visualización. En ese centro se manifiesta el estado espiritual de cada persona. Si el hombre es hijo de Dios, en su frente estará escrito el Nombre de Dios; si no, la marca de la bestia.
La Luz que sale de ese centro revela los pensamientos.
245. Al develar el último Sello, el Coronario, produce en el hombre el poder, la fortaleza y la sabiduría.
El premio: “Al que venciere le haré sentar conmigo en el Trono, así como vencí y me senté con mi Padre en su Trono”, o sea sentirse UNO CON ÉL porque ya no existe la ilusión de la separación. (Véanse Las Llaves del Reino Interno y El Apocalipsis develado, del mismo autor).
246. Antes de cerrar el presente Capítulo debemos revelar al Aprendiz el más alto misterio: el de la Trinidad. No tememos descubrirlo porque este misterio no puede entrar por los sentidos sino que debe brotar del deseo interior de cada aspirante (Aprendiz) de servir para poder comprenderlo.
YO SOY tiene en la cabeza tres puntos, cada uno de los cuales es el asiento particular de uno de los tres Aspectos o de las tres Personas.
El primer Aspecto o Persona, llamado PADRE, domina exclusivamente la cabeza; el segundo, el HIJO, rige el corazón; el tercero, el ESPÍRITU SANTO, domina el sexo.
Es sobremanera necesario meditar detenidamente en ello para comprender los grados y los estudios posteriores y superiores.
En realidad, no hay sino UN SOLO ÍNTIMO: YO SOY, pero, mirado desde el punto de vista físico, se refleja en tres, aspectos.
247. El PADRE, o PODER, tiene su asiento en el átomo llamado del Padre, que se halla en el impenetrable punto de la raíz de la Nariz o Entrecejo, su reino está en la Cabeza y se refleja en el hígado que nutre al cuerpo, en general.
El HIJO, o SABER, tiene su asiento en el átomo de la Glándula Pituitaria y su reino está en el Corazón que rige la sangre que nutre a todo el cuerpo.
El ESPÍRITU SANTO, la VIDA o MOVIMIENTO, tiene su átomo en la Glándula Pineal y domina el Cerebro y la Médula hasta las Glándulas Sexuales.
248. El PADRE, en el entrecejo, es el Poder Creador y Pensador. Tiene a su cargo los movimientos voluntarios.
El HIJO, en el corazón, tiene el Poder Creador por la Sabiduría y el Amor.
El ESPÍRITU SANTO es el Poder Creador por los movimientos involuntarios, tales como la digestión, la asimilación, la circulación, etc.
249. Cuando el Padre, el Poder Pensador, concibe y expresa su Voluntad, produce el movimiento dispensador de Vida, o Espíritu Santo, en el seno de la Materia Primordial o Virgen María (o Maia). Esta acción de gloriosa vitalidad despierta a los átomos y les comunica la fuerza de atracción y repulsión, que forma las subdivisiones inferiores en cada plano. En la materia así vivificada nace el Amor-Sabiduría y se hace carne, se reviste de forma y nace de la Virgen María, y llamase Hijo (Emanuel o Dios en cada uno de nosotros).
Así, pues, la vida emanada del Poder, al penetrar, vibrando, en la materia, hace que ambos proporcionen la vestidura al Hijo y diga: “Nace del Espíritu Santo y de la Virgen María”.
250. Los tres Aspectos o Personas forman y conservan el Templo del yo soy en el hombre-dios.

Y ahora me toca despedirme, querido Aprendiz, para volver a encontrarnos en el Grado del Compañero.
Sé un verdadero Masón, Hijo de la Luz y Constructor, gracias al Saber, Osar, Querer y Callar.
Hasta pronto…

¿SOIS MASÓN? RESPUESTA DESDE LA VOZ INTERIOR DEL TEMPLO Y DESDE LA VOZ EXTERIOR DE LA POLIS Y DEL MUNDO

Cuando en el umbral del Templo se formula la pregunta:  “¿Sois Masón?” , no se trata de una simple formalidad ritual, ni de una comprobación...