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domingo, 31 de agosto de 2008

EL VALOR MASÓNICO DE LA LIBERTAD

Quiero comenzar el presente trabajo, planteando un análisis conceptual de la Libertad, su visión en el mundo profano, en wikipedia.org, se conceptualiza que: la primera representación escrita del concepto "Libertad" se cree que es la palabra cuneiforme sumeria Ama-gi (AMA.GI). Se cree que es la primera instancia de los seres humanos utilizando la escritura para representar a la idea de "Libertad", traducido literalmente, significa "volver a la madre".
En castellano la palabra Libertad proviene del latín libertas, -ātis, de igual significado. Como curiosidad, la palabra inglesa para Libertad, freedom, proviene de una raíz indoeuropea que significa "amar"; la palabra de la misma lengua para decir miedo, afraid, viene de la misma raíz, usado como contraposición a Libertad mediante el prefijo a por influencia del latín vulgar[1].
Para Aristóteles, la Libertad está comprendida desde el libre albedrío, cuando afirma que: “es preciso tratar del libre albedrío y explicar lo que es el acto libre y voluntario, porque tratándose de la virtud, el libre albedrío es el punto verdaderamente esencial. La palabra voluntario designa, absolutamente hablando, todo lo que hacemos sin vernos precisados por una necesidad cualquiera.[2]” Desde está comprensión, la Libertad es lo esencial al hombre, es decir, no puede existir condición humana en hombres no libres, que no actúan mediado por una necesidad.
Es claro que desde los planteamientos aristotélicos que la “Libertad significa negación de dependencia respecto de algo, inmunidad respecto de alguna determinación”[3].
Desde esta óptica la Libertad es la facultad de hacer lo que se es, es libre quien puede cumplir el principio: sé quien eres, entonces la Libertad es la capacidad o potencia de hacer aquello que, por hacerlo me constituye como persona en el conjunto de la sociedad.. “Son, por tanto, mis actos quienes pueden forjar mi Libertad; son libres los actos que tejen mi propia identidad personal"[4]. Esto significa que sólo podré considerar libres a aquellos actos míos de los cuales me considero causa, desde este punto de vista no cabe hablar de Libertad cuando desconozco las consecuencias de mi elección.
Podemos enfocar la Libertad desde dos puntos de vista distintos: uno, desde un plano físico, como Libertad de acción o de movimiento, otro, desde el plano espiritual, como la Libertad de pensamiento o la Libertad intelectual. Desde este plano, la Libertad es comprendida como determinación, soberanía individual, o autonomía; dicha autonomía es interna al hombre y se percibe como la capacidad de actuar de conformidad con los dictados de la razón, con el propio ser y con los valores universales.
Por otra parte, desde la creación del hombre, El G.•.A.•.D.•.U.•., crea al hombre a su imagen y semejanza, cuando el texto de Génesis dice: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo[5]". Posteriormente dicha Libertad va ser limitada, cuando el misto libro del Génesis afirma: "Puedes comer de todos los árboles que hay en el jardín, exceptuando únicamente el árbol del conocimiento del bien y del mal. De él no deberás comer, porque el día que lo hagas quedarás sujeto a la muerte[6]". Pero es allí donde vemos que el ser humano nació para ser libre, y tiende a luchar contra las limitaciones que se le imponen, por eso comer del árbol del Bien y del Mal, es expresión de la naturaleza óntica del hombre a vivir en Libertad, sin limitaciones, en capacidad de enfrentar a todo lo que coarta su expresión física, espiritual, emocional e intelectual.

Desde la historia, la expresión más importante de la Libertad está dada por la Revolución Francesa, donde el pueblo francés se levantó para establecer nuevas normas y tratar de abolir las grandes diferencias sociales de la época. “La Libertad consiste en poder hacer todo aquello que no dañe a otro; por lo tanto, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que aseguren a los demás miembros de la sociedad el disfrute de estos mismos derechos. Estos límites no pueden ser determinados más que por la ley”
[7].

Es claro que toda Libertad tiene sus limitaciones y nunca será completa, las leyes y las normas que fija la sociedad condicionan esa tendencia natural a la Libertad.
LA LIBERTAD COMO VALOR HUMANO
Teniendo clara la comprensión conceptual de la Libertad, nos obligamos, en segunda instancia, revisar la dimensión axiológica de la Libertad.

La Libertad es un derecho natural de la persona, sin importar la edad, sexo o religión o cualquier discrepancia entre los seres humanos; es ella el valor que nos permite realizar nuestras aspiraciones, relacionadas con un mejor estilo de vida, una adecuada formación a los hijos para la toma de decisiones, participar en la construcción activa de la sociedad, ser congruente con una ética en el quehacer profesional. Todo ello son posibles vivencias en la cotidianidad del hombre del valor de la Libertad.

El valor de la Libertad es entonces la capacidad de elegir entre el bien y el mal, responsablemente, conscientes de lo uno y de lo otro, pues toda decisión confronta lo bueno y lo malo, del beneficio o el perjuicio de una acción, cuando no prejuiciamos antes del actuar, estamos haciendo un inadecuado uso de la Libertad, impulsivamente, desconociendo limitantes ético y cayendo en el ámbito del libertinaje.

El libertinaje, entendido como el mal uso de la Libertad, afecta directa e indirectamente la vida de nuestros hermanos universales, pues no somos los únicos en el mundo y toda toma de decisión desde lo individual afecta el ámbito contextual, llámese familia, trabajo, comunidad o logia.

Recordemos que la Libertad no es constructiva, es óntica al se humano, como lo plantea nuestro Q.•.H.•.J. J. Rousseau, cuando afirma que “El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado
[8]”. Es claro entonces que la Libertad, no es una virtud, sino un valor que se ejerce de acuerdo con los principios fundamentales que nacen de la conciencia, de la formación familiar y social y de la vivencia masónica.

En algunos momentos nuestra Libertad puede estar encadenada, como lo afirma Q.•.H.•. J. J. Rousseau, pero nuestra tendencia va hacia ella, pues es parte de nuestro yo interior.
LA LIBERTAD MASÓNICA
La O.•.M.•. es la única institución histórica que ha hecho de la Libertad su fundamento, su finalidad, su método, y el vínculo que une a todos sus miembros, es por ello que la O.•.M.•. no acepta ninguna doctrina como definitiva o como suya, estimula entre sus miembros el examen de todas las doctrinas y sus miembros puede adoptar por si mismo la doctrina de su agrado, y conformar su comportamiento de acuerdo con ella, sin tener que sufrir reproches de parte de los demás
[9].

Recuerdo que en el rito de iniciación de R.•.E.•.A.•.y A.•., el recipiendario entra con una soga que le rodea el cuello, ella simboliza que el recipiendario entra a la logia lleno de prejuicios que le impiden desarrollar adecuadamente su Libertad intelectual y física, una vez iniciado la cuerda es desatada, simbolizando que el nuevo A.•.M.•. tiene una mente y un espíritu libres para buscar la Verdad que tanto desea conocer.

Desde nuestra visión masónica la Libertad es un valor individual, interno y espiritual y se va vivenciando en la búsqueda constante de la Verdad y el esfuerzo por vivenciar las virtudes humanas, que no es más que desatarnos de los errores y de las ilusiones; es importante tener en cuenta, que esta actitud de hombres libres, nos jalonará hacia la lucha constante contra las tendencias viciosas, los hábitos negativos y las pasiones destructivas
[10].

En el ritual de iniciación, cuando el Q.•.H.•. G.•.T.•., pregunta al H.•.E.•. ¿cómo espera el profano ser admitido en nuestros misterios? La respuesta es: -Porque es un hombre libre y de buenas costumbres y el V.•.M.•., contesta: el profano espera ser recibido porque es un hombre libre y de buenas costumbres; en otra parte del ritual, en el momento de restitución de los metales el V.•.M.•., afirma:
El hombre que aspira a ser libre debe aprender a separarse de las cosas fútiles y acordarse que la avaricia es el eje de todos los vicios.
Es claro que el fundamento de la masonería es la Libertad, desde el primer momento de la iniciación al grado de A.•.M.•., nuestra Libertad es alcanzar la independencia de nosotros, y por nosotros; debemos librarnos del vicio de las pasiones y de la ignorancia, para ello es necesario conocer nuestras debilidades humanamente hablando y superarlas, dando respuesta la principio socrático “conócete a ti mismo”,

La verdadera Libertad masónica es la fuerza interior que nos catapulta a buscar en nuestro interior los equívocos y errores, ella nos impulsa a confrontar y generar acciones para la autocorrección. No es fácil encontrarse a sí mismo, ya que por nuestra propia naturaleza humana tendemos a enceguecernos frente a nuestras propias realidades, identificando menos defectos de los que realmente tenemos y creando una apariencia de perfección.

Por eso, me atrevo afirmar que la verdadera Libertad de todo H.•.M.•., es la independencia de nuestro espíritu que conseguimos con la lucha constante contra la ignorancia, el egoísmo, la intolerancia y los fanatismos que no permiten al razonamiento desarrollarse e imposibilitan al espíritu autocriticarse para depender única y exclusivamente de su conciencia.

Solamente los hombres libres son capaces de encontrar su propia verdad a partir de su sensibilización interior y del estudio.


[1] Cfr.: http://es.wikipedia.org/wiki/Libertad[2] Aristóteles. La gran moral libro primero: capítulo XI Teoría de la Libertad en el hombre.[3] Gustavo Bueno. El sentido de la vida. Edit Pentalfa, Oviedo 1996[4] Ibid p. 250[5] Génesis 1, 26[6] Génesis 2,16-17[7] Los derechos del hombre y el ciudadano la revolución francesa - la asamblea constituyente 1789-1791. Artículo 4°[8] Jean-Jacques. El Contrato Social[9] Cfr.: http://www.memphis-misraim-international.org/sp/fmsp.htm[10] Aportes del V:.H:. Natalio Mekler

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